[El poeta asegura buscar claves.]

EL POETA ASEGURA BUSCAR CLAVES.
Está el poeta tímido, está el sabio,
está el que se demora en sustantivos,
sin miedo a los apodos,
y está el que es torrencial, innecesario
salvo en su fuero interno incandescente.
Está el poeta sucio; y está el limpio.
Está el que señorea las imágenes
como si fueran dunas
y está el que explica todo
como si hubiera urgencia.
Cualquiera de ellos miente
cuando afirma que busca explicaciones,
que el verbo es vía de conocimiento:
estar y ser son pies incompatibles.
El poeta, si es listo, sólo busca
creerse vivo aún
sobre las angarillas,
desconocer el miedo,
alquilarle galones a un destino
tan opaco como otros. Despistarse.
Entretener a sus perseguidores.

© 2013 Juan Luis Calbarro
© 2013 Ediciones La Baragaña